Las propiedades de las avellanas  se conocen desde hace mucho tiempo, ya hace 1800 años el médico griego Dioscórides describió en sus escritos que machacadas y consumidas con miel podían curar la tos, consumidas cocidas con pimienta negra eran un remedio contra el resfriado mientras El aceite de avellana era un remedio para la calvicie.

Los efectos beneficiosos de las avellanas  y, más en general, de los frutos secos, se pueden resumir en: Reducción del exceso de peso: gracias a la excelente sensación de saciedad que determinan los frutos secos, deben estar presentes diariamente en la dieta de cada individuo,  especialmente en quienes necesitan reducir su peso corporal; Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares: gracias a la acción de las grasas insaturadas y de los fitoesteroles que actúan literalmente como eliminadores del colesterol; Reducción del colesterol malo y aumento del colesterol bueno; Reducción de la presión arterial: acción garantizada por la buena cantidad de potasio presente en las avellanas; Reducción del riesgo de aparición de diabetes y mejora del control glucémico: gracias a la cantidad de fibra, grasas buenas y proteínas que actúan modulando los niveles de azúcar en sangre; Mejoran el tránsito intestinal gracias a la presencia de fibra; Reducción del riesgo de cáncer: consumir al menos 5 porciones de frutos secos por semana  podría reducir el riesgo de aparición de algunos cánceres, en particular el colorrectal, el endometrio y el páncreas.